Hace
unos días tuve la suerte de asistir a una sesión cuyo título era: “Salud y prevención: Nuevo diagnóstico
personalizado para una salud equilibrada”. Con semejante título y el
aliciente de ser en inglés, no me pude resistir. Realmente no sabía muy bien a
lo que iba, pero me llamó la atención eso del test lipidómico, sobre todo
porque no lo había oído nombrar nunca.
¿Qué
es el test lipidómico?
Se
encarga de analizar molecularmente la
membrana celular del glóbulo rojo maduro. Estudia las moléculas lipídicas
como algo dinámico. Sabemos que los eritrocitos tienen una membrana celular
formada por ácidos grasos, lipoproteínas y colesterol, entre otras. Pero estas
moléculas no se encuentran en la misma proporción en todas las personas ni en todas
las células y tejidos de nuestro cuerpo. Se cogen los eritrocitos circulantes y
maduros porque dan una estimación bastante acorde con la realidad; de hecho el perfil del transporte da idea de cómo
están todos los tejidos.
Es
un test complementario al test genético (test nutrigenético, ya muy implantado
en España a través de Cinfa). Se ha visto que en la vida y en la salud de las
personas, el 50% depende de la genética (en esto se basa el test nutrigénetico)
y el otro 50% al ambiente. En este punto entraría el test lipidómico, y es
donde más podemos influir desde la oficina de farmacia. “Los farmacéuticos podemos ayudar a mejorar la salud de la sociedad”,
dijo la doctora Carla Ferreri, ponente de la sesión; y es que la nutrición se relaciona con la prevención,
preparamos nuestro cuerpo según lo que comemos. De ahí la importancia de saber
cómo son nuestras membranas celulares para darle a las células (y en definitiva
a nuestro cuerpo) aquello que realmente necesita.
Me
gustó mucho la defensa que hizo de la dieta
mediterránea, de la cual soy fan. La pirámide de la dieta mediterránea se
construyó después de llevar años usándola. Y en la base se encuentran las “moléculas del estado de ánimo” (mood
molecules), aquellas relacionadas con la actividad física, el descanso y la
convivencia (endorfinas, prostaglandinas...). Los lípidos, en 10 años han
pasado de estar en la base de la pirámide, a ir subiendo poco a poco.
Actualmente se recomienda que los lípidos se correspondan con un 30-35% de las
kcal totales, en condiciones normales. Aún así, la dieta no produce efectos
similares en todos, ya que la velocidad a través de la membrana lipídica es
distinta en cada persona. De ahí la importancia de conocer esa membrana para
ingerir lo que más necesitamos, y reducir aquello más abundante. En esto se
centra el test lipidómico.
En
la membrana celular, los ácidos grasos
saturados aportan rigidez, y los insaturados fluidez. Por eso es importante
mantener un equilibrio entre ambos. Por su parte, el colesterol también regula
la rigidez-fluidez de la membrana. Un aspecto positivo del test es que su fácil
realización (extracción de sangre capilar en el dedo) permite en poco tiempo
ver cómo va evolucionando la membrana según la dieta que realizamos.
¿Qué analiza el test?
- Porcentaje de ácidos grasos y los
valores óptimos
- Índice de equilibrio (balance
lipídico)
- Índice de actividad enzimática
- Índice de riesgo cardiovascular
- Ácidos grasos trans
Los
indicadores moleculares de la membrana celular son: fatiga metabólica (ácido palmitoleico, AGS/AGMI), inmunidad y defensa celular (ω6,
EPA ω3), cardiovascular (AGS, ω3), inflamación (ARA ω6,
ω6/ω3),
neuro (DHA ω3) y estrés radicálico (trans, trans/ARA).
Además
del análisis, se realiza una anamnesis, sobre el estilo de vida de la persona y su alimentación. Los resultados obtenidos tras hacer el análisis se
comparan con unos valores normales estadísticos. Actualmente se está haciendo
un proyecto similar al código de barras,
para gente sana y enferma.
Según
los datos obtenidos puede ser necesario recurrir a un nutracéutico (alimento o
parte de un alimento que proporciona beneficios para la salud), siempre sin
modificar la medicación de la persona, durante un periodo de 4 meses, con
ciclos de tres semanas ingiriendo y una de descanso. Esto no siempre será
necesario, pero sí la alimentación, que es un elemento indispensable para
recuperar el equilibrio.
Su
ámbito de implantación es muy amplio: puede ser utilizado para reequilibrar el
metabolismo, para mantener la buena
forma deportiva, en casos de alergias,
en fatiga y cambios de humor, en
embarazo, para el bienestar de la piel, para proteger el corazón y la salud cardiovascular, para controlar el
colesterol...
Como
conclusión, este va a ser el futuro de
la nutrición, pero ¿estamos preparados a día de hoy para su realización en
las farmacias?
Para
más información: http://www.lipinutragen.it/
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