Es una enfermedad del hígado (conocida como esteatosis
hepática) que se produce por el acúmulo de grasa dentro de las células del
hígado.
Los síntomas suelen ser dolor en la parte superior derecha
del abdomen, malestar, fatiga y sensación de pesadez, sobre todo después de las
comidas. Hay pacientes que son asintomáticos.
La nutrición juega un papel fundamental tanto en el
tratamiento y como en la prevención, dado que actualmente no hay resultados sobre
los posibles tratamientos farmacológicos.
Recomendaciones
nutricionales:
Fibra: la
fibra da saciedad, que si se trata de un paciente con obesidad o sobrepeso es
muy interesante. Además limita que aumente la glucemia después de cada comida,
con lo que los hidratos de carbono no se convertirán en grasa acumulándose en
el organismo.
Azúcares
simples: los azúcares simples hacen que aumente la glucemia muy
rápidamente, y si se metabolizan se acumulan en forma de grasa. Un consumo
excesivo hace que aumenten los triglicéridos y los ácidos grasos libres, con un
mayor riesgo de esteatosis hepática.
Grasas: una dieta
alta en grasas provoca un aumento de la concentración de enzimas plasmáticas y
de ácidos grasos libres. Se deben evitar las grasas saturadas, y tomar en
cambio ácidos grasos mono y poliinsaturados.
0 alcohol: el
alcohol es tóxico para el hígado, así que no se recomienda su ingestión en este
tipo de patología donde el hígado se encuentra afectado-.
Más concreto:
Para aumentar la fibra: cereales integrales, legumbres (entre dos o tres
veces por semana), todo tipo de verduras (especialmente las de hoja verde).
Intercambiar el azúcar de mesa por estevia (edulcorante natural); y
limitar el consumo de las frutas más dulces (éstas contienen fructosa, que es un azúcar
simple). Al limitar las frutas, habrá que aumentar el consumo de verduras para
obtener las vitaminas y minerales necesarios para llevar una dieta sana y
equilibrada.
Moderar el aceite de oliva, que aunque es beneficioso para
la salud, habría que tomarlo con moderación si se padece hígado graso. Elegir
siempre leche y lácteos desnatados.
Evitar embutidos, quesos curados, grasas animales, bollería, y todo aquello que
contenga aceites vegetales (de palma, de coco).
Las vitaminas A, C, E y el Selenio, actúan como antioxidantes, evitando la degeneración
celular. Estos se encuentran sobre todo en frutas y verduras.
Juegan un papel muy importante los ácidos grasos ω3, que son protectores del hígado. Este
tipo de grasa contrarresta los efectos inflamatorios de las grasas trans y de
las saturadas, disminuyendo así la esteatosis hepática y la posible futura
inflamación del hígado. Los alimentos que más ω3
contienen son los pescados azules:
salmón, anchoas, bonito, atún... Cabe destacar también los frutos secos, cuyo consumo debería ser moderado (un puñado al día,
siempre que no se padezca obesidad, puesto que son muy energéticos).
Menú general:
Desayuno:
- café con leche desnatada
- pieza de fruta (naranja, manzana, kiwi, pera, plátano, mandarina...)
- cereales integrales con yogur desnatado ó biscote integral con queso fresco / pavo / jamón york
Media mañana y merienda: - yogur desnatado ó pan integral con york / pavo
Comida:
- 1º: pasta / arroz / legumbres
- 2º: carne magra / pescado blanco o azul, con verduritas
- Postre: fruta
Cena:
- verdura, ensalada, puré de verduras
- fruta, yogur desnatado
Pan: mejor integral. Controlar aceite de oliva (2 cucharadas soperas al día)
Menú general:
Desayuno:
- café con leche desnatada
- pieza de fruta (naranja, manzana, kiwi, pera, plátano, mandarina...)
- cereales integrales con yogur desnatado ó biscote integral con queso fresco / pavo / jamón york
Media mañana y merienda: - yogur desnatado ó pan integral con york / pavo
Comida:
- 1º: pasta / arroz / legumbres
- 2º: carne magra / pescado blanco o azul, con verduritas
- Postre: fruta
Cena:
- verdura, ensalada, puré de verduras
- fruta, yogur desnatado
Pan: mejor integral. Controlar aceite de oliva (2 cucharadas soperas al día)
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