¡Buen Camino! es, sin duda, la frase más escuchada a lo
largo de todo el trayecto hasta llegar a Santiago. Además, se oye la misma
frase en el mismo idioma, aunque con todos los acentos posibles. Pero, ¿qué es
necesario para conseguirlo?
Diría que es fundamental un buen calzado, nunca para estrenar sino habiéndolo domado antes; ropa cómoda, adecuada al tiempo
meteorológico; el descanso durante
cada etapa y por supuesto al finalizarla; una planificación previa de cada etapa... Y la alimentación antes,
durante y después.
Alimentación antes
de empezar el Camino...
Durante los 3 días previos a empezar la peregrinación se
recomienda llenar los depósitos de glucógeno (son los que nos permiten obtener
energía) con hidratos de carbono: pasta,
arroz, patata, pan, legumbres; así como también aumentar la ingesta de
vitaminas: fruta y verdura.
Esto tiene su explicación en que nuestro cuerpo va a ser
sometido durante varios días a un desgaste por encima de lo normal. Es distinto
si hacemos los últimos 100 km necesarios para conseguir la Compostelana (suelen
ser 3 o 4 etapas) o si ya nos vamos a 10 etapas o incluso el Camino entero.
Para las peregrinaciones de mayor duración es imprescindible cuidar la
alimentación desde los días anteriores hasta varios días después de concluirla.
Alimentación después
del Camino...
Debido al gasto energético que ha sufrido nuestro cuerpo
durante estos días se hace fundamental cuidar la nutrición y el reposo durante
los días siguientes a la conclusión. Para ello es vital llenar de nuevo los
depósitos de glucógeno, que a pesar de haber cuidado la alimentación durante la
travesía es muy probable que hayan disminuido de nuevo; para ello procedemos
igual que antes de empezar, con dieta alta
en hidratos: arroz, pasta, patatas... Además de aumentar también las
proteínas (carne, pescado, huevo) para mantener el músculo que hayamos hecho.
Las legumbres son un alimento
perfecto para este momento, debido a su contenido tanto en proteínas como en
hidratos.
Es muy importante también hidratarnos a la vuelta con líquidos y sales puesto que las células
de nuestro cuerpo se pueden resentir después de muchos días sudando y
transpirando mucho, más si se ha hecho durante los meses de más calor.
¿Y qué hacer durante el Camino?
- Realizar
siempre un desayuno completo antes
de comenzar la etapa: café o colacao; pan o cereales; algo de bollería; fruta o
zumo. Con un desayuno completo nos aseguramos que empezamos el día con
suficiente energía y vitaminas para patear los kilómetros que nos separan de la
meta de ese día.
- Comer
algo cada 2 horas: es importante
elegir bien los alimentos que vamos a ir tomando durante la etapa. Siempre se
recomienda ingerir alimentos que aporten energía como los frutos secos, chocolate o barritas energéticas. El plátano nos aportará tanto energía como
potasio, necesario para el buen funcionamiento muscular.
- Es
fundamental la hidratación durante
cada etapa. Se recomienda llevar una cantimplora con agua, que iremos
rellenando en las fuentes que vayamos encontrando. Cuando paramos a descansar
algunos minutos se pueden tomar bebidas isotónicas, que gracias a la proporción
de sales nos ayudan a recuperar el equilibrio hidroelectrolítico. No es
necesario cargar con muchas botellas, puesto que hay fuentes de agua potable a
lo largo de cada etapa.
- La comida
fuerte del día la reservamos una vez terminada la etapa, después de haber
conseguido sitio en el albergue para asegurarnos que dormimos bajo techo. En
casi todos los pueblos por los que pasa el Camino existe el menú del peregrino y es recomendable
tanto nutricionalmente como por su precio asequible.
- La cena es recomendable hacerla ligera y pronto para poder acostarnos
temprano para reponer fuerzas y porque en muchos albergues apagan las luces a
una hora determinada. Si se realiza en verano es muy importante aprovechar las
horas de menos temperatura para hacer la etapa, por eso se suele empezar muy
temprano, incluso antes de las 7 de la mañana. Es de vital importancia el descanso nocturno para asegurarnos el
rendimiento durante las siguientes etapas.
No se recomienda el consumo de alcohol ya que es una fuente
de calorías vacías y de deshidratación.
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