miércoles, 9 de marzo de 2016

¡Buen Camino! y ¡buena comida!

¡Buen Camino! es, sin duda, la frase más escuchada a lo largo de todo el trayecto hasta llegar a Santiago. Además, se oye la misma frase en el mismo idioma, aunque con todos los acentos posibles. Pero, ¿qué es necesario para conseguirlo?

Diría que es fundamental un buen calzado, nunca para estrenar sino habiéndolo domado antes; ropa cómoda, adecuada al tiempo meteorológico; el descanso durante cada etapa y por supuesto al finalizarla; una planificación previa de cada etapa... Y la alimentación antes, durante y después.

Alimentación antes de empezar el Camino...
Durante los 3 días previos a empezar la peregrinación se recomienda llenar los depósitos de glucógeno (son los que nos permiten obtener energía) con hidratos de carbono: pasta, arroz, patata, pan, legumbres; así como también aumentar la ingesta de vitaminas: fruta y verdura.

Esto tiene su explicación en que nuestro cuerpo va a ser sometido durante varios días a un desgaste por encima de lo normal. Es distinto si hacemos los últimos 100 km necesarios para conseguir la Compostelana (suelen ser 3 o 4 etapas) o si ya nos vamos a 10 etapas o incluso el Camino entero. Para las peregrinaciones de mayor duración es imprescindible cuidar la alimentación desde los días anteriores hasta varios días después de concluirla.

Alimentación después del Camino...
Debido al gasto energético que ha sufrido nuestro cuerpo durante estos días se hace fundamental cuidar la nutrición y el reposo durante los días siguientes a la conclusión. Para ello es vital llenar de nuevo los depósitos de glucógeno, que a pesar de haber cuidado la alimentación durante la travesía es muy probable que hayan disminuido de nuevo; para ello procedemos igual que antes de empezar, con dieta alta en hidratos: arroz, pasta, patatas... Además de aumentar también las proteínas (carne, pescado, huevo) para mantener el músculo que hayamos hecho. Las legumbres son un alimento perfecto para este momento, debido a su contenido tanto en proteínas como en hidratos.

Es muy importante también hidratarnos a la vuelta con líquidos y sales puesto que las células de nuestro cuerpo se pueden resentir después de muchos días sudando y transpirando mucho, más si se ha hecho durante los meses de más calor.


¿Y qué hacer durante el Camino?
            - Realizar siempre un desayuno completo antes de comenzar la etapa: café o colacao; pan o cereales; algo de bollería; fruta o zumo. Con un desayuno completo nos aseguramos que empezamos el día con suficiente energía y vitaminas para patear los kilómetros que nos separan de la meta de ese día.  


            - Comer algo cada 2 horas: es importante elegir bien los alimentos que vamos a ir tomando durante la etapa. Siempre se recomienda ingerir alimentos que aporten energía como los frutos secos, chocolate o barritas energéticas. El plátano nos aportará tanto energía como potasio, necesario para el buen funcionamiento muscular.

            - Es fundamental la hidratación durante cada etapa. Se recomienda llevar una cantimplora con agua, que iremos rellenando en las fuentes que vayamos encontrando. Cuando paramos a descansar algunos minutos se pueden tomar bebidas isotónicas, que gracias a la proporción de sales nos ayudan a recuperar el equilibrio hidroelectrolítico. No es necesario cargar con muchas botellas, puesto que hay fuentes de agua potable a lo largo de cada etapa.

            - La comida fuerte del día la reservamos una vez terminada la etapa, después de haber conseguido sitio en el albergue para asegurarnos que dormimos bajo techo. En casi todos los pueblos por los que pasa el Camino existe el menú del peregrino y es recomendable tanto nutricionalmente como por su precio asequible.
 
            - La cena es recomendable hacerla ligera y pronto para poder acostarnos temprano para reponer fuerzas y porque en muchos albergues apagan las luces a una hora determinada. Si se realiza en verano es muy importante aprovechar las horas de menos temperatura para hacer la etapa, por eso se suele empezar muy temprano, incluso antes de las 7 de la mañana. Es de vital importancia el descanso nocturno para asegurarnos el rendimiento durante las siguientes etapas.

No se recomienda el consumo de alcohol ya que es una fuente de calorías vacías y de deshidratación.


Espero que os sirvan estas recomendaciones a todos aquellos que vais a realizar el Camino de Santiago, a mis amigas que lo van a hacer durante la semana de Pascua (¡qué pena no poder ir con vosotras!) e incluso a los peregrinos de la Javierada de este sábado. A todos, ¡buen Camino!

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