Hace
tiempo que oímos muchas cosas acerca de la relación que existe entre la
Nutrición y el Cáncer, pero ¿es cierto
todo lo que se dice? Me gustaría exponer aquí algunos de los mitos y frases
que solemos escuchar con cierta frecuencia y comentar cada una de ellas.
Empecemos
por el principio:
- Existen
dietas anticáncer: no existe ninguna
dieta calificada como anticáncer; no hay ningún alimento o grupo de
alimentos que hagan remitir un cáncer o eviten 100% su desarrollo. Sí que hay
dietas mejores para la salud, como la dieta
mediterránea, o alimentos antioxidantes que pueden bloquear los radicales
libres que dañan las células, pero su consumo no hace que estemos totalmente
protegidos del cáncer.
Una
dieta saludable, variada y equilibrada, con las kilocalorías adaptadas a lo que
quema la persona, con un porcentaje de hidratos de carbono, proteínas y lípidos
adecuado, hará que la probabilidad de padecer cáncer sea menor, tanto porque
“el combustible” que le estaremos dando a nuestro cuerpo será el correcto como
porque las enfermedades asociadas también serán menores (diabetes tipo 2,
obesidad, enfermedades cardiovasculares...). Se estima que un 30% de los cánceres actuales pueden ser
prevenidos con la alimentación.
- El
pan quemado y los alimentos hechos a la brasa producen cáncer: no lo
producen directamente, pero sí hay estudios que los alimentos cocinados a fuego
directo pueden aumentar el riesgo de cáncer debido a que se forman hidrocarburos aromáticos policíclicos y
aminas aromáticas y heterocíclicas que pueden favorecer su desarrollo.
Entrando
en materia...
- La
carne roja y la procesada provocan cáncer: no hay estudios que avalen que
la carne roja y la procesada provoquen directamente cáncer; si bien es cierto
que un consumo diario o excesivo podría ayudar a su desarrollo. Esto es debido
a que los nitratos presentes en este tipo de carnes cuando llegan al estómago
se transforman en nitritos y si se dan las condiciones adecuadas de pH y
temperatura pueden dar lugar a las nitrosaminas
(con acción cancerígena). Las recomendaciones se sitúan en un consumo de carne roja menor a 300g por
semana, con una mínima proporción de carnes procesadas.
- La
leche provoca cáncer: últimamente han salido muchos escritos en contra de
la leche, debido a la cantidad de procesos físicos y químicos que sufre y
porque somos los únicos mamíferos que la seguimos consumiendo una vez llegados
a la edad adulta. Aún así, la leche como cualquier otro alimento o bebida debe
sufrir muchos controles antes de
salir al mercado y así nos aseguramos de que es apta para el consumo humano. La
leche que consumimos hoy en día no es comparable a la que se consumía hace unas
décadas recién ordeñada; pero eso no implica que sea perjudicial para la salud.
- Vegetales
y frutas no ayudan en la prevención del cáncer: hay estudios hechos con
animales y en el laboratorio que indican que algunos vegetales y frutas,
especialmente las plantas crucíferas
(col, brócoli, rábano, coliflor), podrían prevenir el cáncer gracias a su
contenido en glucosinolatos. Los vegetales y las frutas deben ser consumidos
diariamente, un mínimo de 5 piezas al
día. Una alimentación basada en este tipo de alimentos, limitando las
grasas y los azúcares refinados puede ayudar a prevenir el cáncer.
¿Y
el dulce?
- El
aspartamo aumenta el riesgo de padecer cáncer: el aspartamo como otros
edulcorantes artificiales (sacarina, acesulfamo, sucralosa) cumplen muchos controles alimentarios antes de salir al
mercado y durante su comercialización y no ha habido pruebas concluyentes
respecto a su uso en humanos.
- Los
dulces alimentan al cáncer: algunos estudios han indicado que las células cancerosas consumen más azúcar
que las células normales, pero ninguno ha demostrado que consumir azúcar hace
empeorar el cáncer o que, si se deja de consumir, el cáncer disminuye o
desaparece. Sin embargo, una alimentación con un alto contenido de azúcar puede
tener como consecuencia un aumento excesivo de peso, y la obesidad está
asociada a un riesgo elevado de padecer varios tipos de cáncer. Mientras se
padece la enfermedad es muy importante que el
paciente se encuentre bien nutrido, cosa que se hace especialmente difícil
con las reacciones adversas de los tratamientos.
¿Qué
consecuencias sacamos de todo esto? Es muy importante cuidar nuestra alimentación ya que podemos prevenir muchas
enfermedades, entre ellas el cáncer. No hay una dieta anticáncer, pero el
patrón de dieta mediterránea es conveniente seguirlo tanto si se trata de una
persona sana, con cáncer o en remisión. Nunca
es demasiado tarde para mejorar tu alimentación, ¿a qué esperas?
Publicado
el 22 de abril en Cazafarma: http://cazafarma.com/blog/7-mitos-sobre-nutricion-y-cancer/
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