miércoles, 12 de julio de 2017

¿Actividad física o ejercicio físico?

Una de las mejores estrategias para prevenir problemas de salud es la actividad física. Se entiende por actividad física cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que provocan un gasto energético. Hay que distinguirlo de la aptitud física (serie de atributos que las personas tienen o adquieren, que se relacionan con la capacidad para realizar una actividad física), y del ejercicio físico (movimiento corporal planeado, estructurado, y repetitivo, realizado para mejorar o mantener uno o más componentes de la aptitud física). Aquí hablaremos de actividad física, puesto que el objetivo es evitar el sedentarismo, y cualquier movimiento corporal es considerado como actividad física. 


Hay estudios que indican que la actividad física provoca:

-     Aumento del HDLc: son aquellas lipoproteínas que transportan el colesterol desde los tejidos del cuerpo y arterias hasta el hígado, para su excreción.
-    Reduce la presión arterial, disminuye la frecuencia cardíaca basal, aumenta las prostaglandinas vasodilatadoras y aumenta la sensibilidad a la insulina.
-        Importante papel sobre la densidad ósea: el movimiento y la vibración estimulan los osteoblastos.
-         Efecto favorable en ciertos tumores.
-        Mejora el perfil de los lípidos en sangre, y mejora también la regulación de la glucemia.
-         Incrementa la utilización de la grasa corporal y mejora el control del peso.
-    Síntesis de endorfinas: péptidos opioides endógenos que funcionan como  neurotransmisores, y producen sensación de bienestar.

Y más particularmente, la actividad física provoca beneficios en los distintos grupos de edad:

·        Niños:
Cualquier actividad que implique movimiento contribuye a los procesos de desarrollo y maduración del potencial genético del niño, mejora las funciones cardiovasculares e interviene en una adecuada maduración del sistema músculo-esquelético y en las habilidades psicomotoras. Además, incrementa la autoestima y reduce la tendencia a desarrollar comportamientos peligrosos, mejora la salud, previene lesiones y daños derivados de malas posturas, mejora el rendimiento escolar, y fomenta la capacidad de concentración y la actitud participativa.


·        Adolescentes:
Contribuye a la regulación del peso corporal, evitando la aparición de obesidad, ayuda a prevenir las enfermedades degenerativas, y permite un desarrollo tanto físico como mental. Produce beneficios en las habilidades motoras y cognitivas, siendo beneficiosa también para sus relaciones personales y en el grupo social, tan importante durante esta etapa de la vida.

·        Adultos:
La actividad física en este grupo de edad tiene el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares, la salud ósea, y reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles y depresión. Hay evidencia clara de que las personas que desarrollan más actividad presentan tasas menores de mortalidad, cardiopatía coronaria, hipertensión, accidente cerebrovascular, diabetes de tipo 2, síndrome metabólico, cáncer de colon, cáncer de mama y depresión.

·        Embarazo:
La actividad física provoca un gasto energético que hace que aumente el consumo de alimentos para cubrir las necesidades nutricionales esenciales sin riesgo de desencadenar sobrepeso. Proporciona bienestar físico y psíquico y ayuda en el tratamiento sintomático de estreñimiento, calambres, hipertensión arterial y otras situaciones frecuentes durante el embarazo.

·        Edad avanzada:
Este grupo de población es frecuentemente el menos activo físicamente. Aún así, hay evidencia clara de que la actividad física está asociada a una mejor salud funcional, a un menor riesgo de caídas y a una mejora de las funciones cognitivas. Además, disminuye el riesgo de mortalidad y la aparición de discapacidad, aumenta la agilidad, presenta un efecto preventivo frente a la pérdida de masa muscular y mejora el mantenimiento de la densidad ósea.

Para concretar un poco:
·   Niños: fomentar la actividad física durante la estancia en el colegio, haciendo juegos durante el tiempo del recreo; promover los deportes extraescolares; hacer más interesante la clase de Educación Física mediante el aprendizaje de los distintos deportes con profesorado cualificado.
·   Adolescentes: motivarles para que formen parte de algún equipo teniendo sesiones con deportistas famosos; explicarles la importancia de realizar ejercicio físico y las posibles repercusiones asociadas al sedentarismo.
·  Adultos: fomentar el deporte en el ámbito laboral, haciendo competiciones dentro de la empresa; usar las escaleras en vez del ascensor; llegar al lugar de trabajo andando o en bicicleta; dar charlas o sesiones sobre la importancia de la actividad física en la edad adulta.
·   Embarazo: en los gimnasios hacer actividades especialmente dedicadas a este grupo de población; fomentar el caminar todos los días; y ejercicios respiratorios.
·   Edad avanzada: potenciar el tren inferior, realizar ejercicios que promuevan el equilibrio, potenciar la musculatura pélvica.

Para concluir, la inactividad física es el cuarto factor de riesgo de mortalidad más importante en todo el mundo, de ahí la importancia de promover la actividad física. Además de lo comentado anteriormente, la práctica de actividad física regular ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño, libera tensiones y mejora el manejo del estrés, ayuda a combatir y mejorar los síntomas de la ansiedad y la depresión, aumentando el entusiasmo y el optimismo.


¿Qué más necesitas para mantenerte activo físicamente?